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Nunca hay una seguna oportunidad para...



¿𝗥𝗲𝗰𝗼𝗿𝗱𝗮́𝗶𝘀 𝗮 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗲 𝗵𝗮 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗱𝗼 𝗶𝗺𝗽𝗮𝗰𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝘀𝗮 𝗺𝗮𝗿𝗮𝘃𝗶𝗹𝗹𝗼𝘀𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗶𝗺𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶𝗼́𝗻?

Que apasionante resulta hacer un auto-análisis y darnos cuenta de la importancia de esto.


𝗦𝗲 𝗱𝗶𝗰𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗯𝗮𝘀𝘁𝗮𝗻 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝟯𝟬 𝘀𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮𝗿𝗻𝗼𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗼𝗽𝗶𝗻𝗶𝗼́𝗻 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 𝘆 𝗲𝗺𝗶𝘁𝗶𝗿 𝘂𝗻 𝗿𝗮́𝗽𝗶𝗱𝗼 𝗷𝘂𝗶𝗰𝗶𝗼.

¡PUM!, ese primer minuto revela si existe empatía, incomodidad o agresividad. También desprendemos actitud de confianza o rechazo.



Este primer impacto, por supuesto, no se refiere únicamente a nuestra apariencia física, el cuidado con el aseo personal que da un aspecto impecable, sino va mucho mas allá, por ejemplo la importancia en nuestro lenguaje corporal, el valor de nuestra palabra, de la puntualidad, de la formalidad, de la delicadeza y prudencia al conducirnos, del respeto, el volumen y tono de voz, etc.


No resto importancia al impacto visual meramente estético, pues es innegable el efecto que causa un perfume exquisito, un calzado impecable, un buen corte de barba y cabello, -ayudan bastante-, ¿cierto?, pero esto solo sería la pareja perfecta de una actitud educada y cortés.


𝙉𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙚𝙭𝙩𝙚𝙧𝙞𝙤𝙧 𝙙𝙚𝙗𝙚 𝙧𝙚𝙨𝙤𝙣𝙖𝙧 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙡𝙚𝙫𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙𝙚𝙧𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧𝙞𝙤𝙧. ¿𝙇𝙤 𝙝𝙖𝙗𝙚́𝙞𝙨 𝙥𝙚𝙣𝙨𝙖𝙙𝙤?


-Manu Paqué-


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