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¿El dinero da la felicidad?

  • Foto del escritor: by Manu Paqué
    by Manu Paqué
  • 27 jun
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 17 jul

Nos recuerda Woody Allen: "El dinero no da la felicidad, pero produce una sensación tan parecida, que solo un auténtico especialista podría reconocer la diferencia"

En realidad debo reconocer que, aunque estoy muy de acuerdo con la opinión de Woody Allen, también acepto que la felicidad no viene únicamente por la bonanza financiera, no es un punto de llegada, no es algo tangible, sino que encierra un cúmulo de situaciones, y la la faceta económica es solo una de ellas .

¿El dinero da la felicidad?

Aunque esta publicación quiere ser breve y al grano, me siento en la necesidad de desmontar —de una vez por todas— esa creencia absurda, heredada y popularizada, que demoniza al dinero como si fuera el mismísimo Lucifer con tarjeta de crédito.


A lo largo de la historia, los mitos, prejuicios y discursos moralistas sobre el dinero han sido tan variados como confusos, pero un punto innegable, y es: que el dinero nos aporta más estabilidad material y emocional, y por ende, sentimos más felicidad. Esto es IRREFUTABLE, aunque se polemice tanto, se niegue y se rechace. Nos guste o no, lo aceptemos o no, vivimos en un mundo material, donde es indispensable el dinero para sobrevivir, o por lo menos vivir con dignidad.

El Ser más elevado y espiritual sobre la faz de la tierra necesita recursos para sostener su misión en esta Tierra. ¿o, no?.


El dinero da la Felicidad VS El Dinero no da la Felicidad.

Curioso, pero ambas creencias son verdaderas. Por una parte tenemos que, sí provoca más felicidad el contar con una buena cantidad de dinero y por consiguiente una existencia de vida más placentera, sentimos la serenidad que da el predecir un futuro más estable. Tener dinero nos da libertad de elección, nos permite acceder a salud, belleza, descanso, experiencias, paz mental… En definitiva, nos ofrece una existencia más cómoda, menos incierta.


Y en la creencia opuesta, está demostrado que quien es infeliz y renegado por naturaleza (por falta de estima, de espiritualidad, de equilibrio emocional, auto-dominio, etc.) seguirá sintiendo una terrible infelicidad, -con dinero o sin dinero-.

Ahora bien, quien lleva dentro una tristeza crónica, una autoestima desgastada, un caos emocional sin resolver, y una desconexión espiritual profunda… seguirá siendo infeliz. Con dinero o sin él.

Resultado de la ecuación: el Dinero no es el problema, sino la gente.


Y siempre me pregunté : ¿En qué jod...momento nos vendieron la idea de que la pobreza en sinónimo de HUMILDAD?

Permitidme que lo diga sin anestesia, directo a la yugular, más objetivo y confrontativo:


Si realmente queremos disfrutar de una vida plena y abundante en todos los sentidos (y seamos honestos porque todos lo deseamos), debemos poner mucha atención con nuestros conceptos sobre el dinero y hacer las paces con él, comprender cómo es, qué es, cómo se atrae, como se evapora, cómo se retiene o cómo se multiplica.

Nos conviene, ¿NO?


Ese primer paso a la abundancia es el más difícil, pues se trata de resetearnos, de comprender la compleja técnica de: “DES-APRENDER”, y una vez desde allí, poder aceptar que es muy errónea la creencia tóxica que relaciona y vincula fuertemente esa vieja idea, que asocia la pobreza con bondad y la riqueza con maldad.


Esta reflexión me hizo abrir los ojos en su día, y deseo lo haga contigo: Solo del conocimiento y de abrir nuestra consciencia con objetividad, viene la LIBERTAD.

Hasta hoy, de corazón os digo, no conozco otra fórmula.


Esta costra mental se endureció desde la infancia. Venimos cargando ideas aprendidas absurdamente equivocadas, por generaciones, desde los abuelos, padres, sociedad, sistema educativo, etcétera, todos bienintencionados, claro, pero sin la menor educación financiera.


A muchos nos han heredado el miedo desde una posición desafortunada de desconocimiento (con inocencia y sin la menor intención, por supuesto), nos tatuaron conceptos crueles que vamos arrastrando, abrazando ese pavor hacia la riqueza, y cada día atraemos más pobreza. ¿No os da pánico esto?.


¿No habéis sentido este infortunio tantas veces?,  es como una soga al cuello invisible que nos adorna como collar de perlas desde pequeños, y vamos por la vida cantando con orgullo por ello: "Yo soy pobre, ¡pero muy honrado!".


Esta manipulación, creada desde intereses muy concretos y muy antiguos, ha servido para mantenernos donde estamos. Pero ya adultos, es nuestra responsabilidad despertar, desaprender y sanar.

¿Soy el único? o habéis escuchado, o incluso repetido, algo así como... "prefiero ser honesto que rico", "más vale pobre y honrado, que rico y malvado" , "el dinero genera muchos conflictos", "el dinero es muy difícil de conseguir" , "los que tienen dinero son tramposos y codiciosos" , ¡Wooo!,..., o ¿qué tal esta otra?:  "el dinero corrompe",   "el dinero es la madre de todos los males",   “Maldito dinero” , "No lo merezco", "es cuestión de suerte, es para unos pocos",  "seguro que lo tiene porque hizo algo sucio". Y qué tal la joya de la corona!: "Dios, ayúdame a tener una casita aunque sea pequeñita, aunque no me la merezca" , etc., etc.

Creo que esta última es la más peligrosa, una mezcla de: Creencia limitante + victimismo empedernido = infelicidad perpetua. Esto tiene pase directo a la infelicidad perpetua.


¿no os HACE SENTIDO?

Básicamente el secreto consiste en comprender que, el dinero HUYE de donde no se le respeta, de donde no lo saben tratar -dicho de otra forma- de donde no es amado.

¿Tú permaneces en un sitio donde no eres bienvenido? ¿Donde no eres amado?, honestamente yo cojo la puerta y me marcho. Parece que al dinero le sucede igual.

No podemos ser abundantes con esa cloaca apestosa en nuestro interior. No podemos construir abundancia con una mentalidad podrida por creencias arcaicas.


Vamos a monitorear nuestros pensamientos, comprender de donde nos vino dada esa creencia, ¿de las religiones?, ¿de nuestros padres?, ¿de la educación escolar?. Una vez adultos e identificado el fondo, podremos erradicar esto, pues todo se adoptó cuando pequeños, cuando nuestro cerebro era una esponja y era imposible discernir y seleccionar con objetividad.

Modifiquemos esto, ¡ya!, ¡rápidamente!. Es el único freno de mano para comenzar a construir una riqueza verdadera.


Y ojo!! con la menuda diferencia : No es fe al dinero, sino FE a un Dios perfecto, a un Universo perfecto que nos provee abundantemente de todo lo que necesitamos.

Deseo comprendáis la inmensa diferencia. Es crucial.


Es una ecuación muy simple: El dinero es solo un medio de intercambio, aquí lo importante es lo que intercambias con él. Lo que lo transforma en "bueno o malo" es la gente.


El Dinero solo magnifica nuestro interior. Mejor sería preguntarnos: ¿qué es lo que saldrá de mi interior cuando tenga grandes cantidades de dinero?



Conclusión:
No hay dinero malo, hay GENTE QUE ACTUA EQUIVOCADAMENTE.


Te tengo una noticia; podéis ser buenos, honrados, guapos, altruistas, encantadores,... ¡ y ricos también !


La maldad está presente en la pobreza y en la riqueza también.

El dinero solo es un POTENCIADOR de nuestra esencia.


Fácil y rápido:

- el dinero es neutro

- el dinero no es malo

- el dinero SÍ aporta estabilidad emocional y sensaciones más placenteras.

- el dinero es el instrumento para bendecir a otras personas

- el dinero se va con quien sabe cuidarlo

- el dinero es necesario para VIVIR, no para SOBREVIVIR

- el dinero compra momentos maravillosos para compartir con los seres amados

- Una mala relación con el dinero tiene como resultado: lo alejas, lo malgastas y lo pierdes

- Repito. Tengamos fe, no al dinero, sino a un Dios perfecto que provee todo lo que necesitamos



Hazte amigo del dinero.

Permítete una vida abundante en todos los sentidos.

No por capricho.

Por propósito.


-ManuPaqué-

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