Los problemas de dinero se resuelven...
- by Manu Paqué
- 3 jul
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 17 jul

Un bofetón elegante nos da este extraordinario libro, que nos revela con lujo de detalles en qué posición estamos realmente ahora mismo.
Con “El cuadrante del flujo del dinero” de Robert Kiyosaki , uno no sale igual que entró, quedamos fascinados, sorprendidos, - y medio cabreaos, ¡ya te lo digo!- porque nos pone delante un espejo y nos muestra, con precisión quirúrgica, por qué llevamos años bailando en círculos dentro del mismo agujero financiero.
¡Fuá!, no da puntada sin hilo: señala, incomoda… y nos despierta.
Os aseguro que Kiyosaki no sólo escribe por pasatiempo, o enseña números -de manera rebuscada-, sino que nos patea y nos deja enchufaos a la corriente. Nos remueve hasta las pestañas y nos entran unas ganas casi indecentes de actuar, ¡pero yá, para ayer!.
Por eso lo recomiendo para quienes estamos dispuestos a hacer algo más que quejarnos del sueldo mientras nos terminamos la caña en el bar.
Nos explica con claridad, sin adornos: sencillo, digerible y brutalmente honesto.
Los primero a comprender -creo yo-, es, que...“El construir riqueza requiere de una TÉCNICA, y el aprenderla nos hace libres
Ahora bien, que quede claro: Nuestra economía no va a cambiar si no cambiamos nosotros primero. Esto no es magia, sino lógica, y no empieza por aprender a sumar y multiplicar, sino por aprender a asumir: asumir que a veces la hemos cagad..., que nuestras decisiones nos han traído hasta aquí… y que, por suerte, también las decisiones de hoy, pueden salvarnos.
El primer paso, por tanto, no es sólo leer el libro, ni abrir una cuenta de inversión, ni colgar frases motivadoras en el frigorífico. El primer paso es mirarnos en el espejo, despertar, reconocer nuestros errores y, con la humildad de quien sabe que no lo sabe todo, dejarnos guiar por quienes ya recorrieron ese camino.
Ahí es donde empieza el cambio, conviene recordarlo una y otra vez. Atentos, alguien más sabe las técnicas.
Nuestra economía jamás cambiará si continuamos actuando de la misma manera
Es paradójico: el dinero no se gana con dinero. El dinero de verdad —el que permanece y se multiplica— se gana con cabeza, con disciplina y educación financiera. Punto.
Vamos ahí.
Kiyosaki nos explica los cuatro cuadrantes para que identifiquemos en dónde estamos parados. De manera clarísima, intentaré resumirles lo que he comprendido.
— El Empleado, el Autoempleado, el Dueño y el Inversionista — y nos lleva a movernos hacia los que generan ingresos + libertad.
Empleado (E) Tenemos una seguridad aparente porque trabajamos para alguien más, vendiendo nuestro tiempo y habilidades a cambio de un sueldo fijo, pero nuestra libertad es totalmente limitada. Nos sentimos seguros porque hay un cheque cada mes, pero dependemos totalmente de un jefe y de un trabajo que no nos pertenece y que pocas veces nos gusta.
Si nos despiden, ahí mismo se acabó la fiesta.
Autoempleado (A) Trabajamos para nosotros mismos, pero seguimos intercambiando tiempo por dinero. Somos nuestro propio jefe, sí, pero también nuestro propio esclavo. Creemos que controlamos todo, cuando en realidad el negocio depende completamente de nosotros. Si no trabajamos, no cobramos. Por ejemplo: Médicos, Abogados, Contadores, Freelancers, Pequeños Empresarios, etc… creemos que “somos libres”, pero si dejamos de trabajar, los ingresos se detienen en automático.
Aquí somos jefes, pero empleados a la vez.
Dueño (D) Aquí ya poseemos un negocio, que muchas veces podría funcionar incluso si no estamos presentes. Hemos tejido un sistema —con procesos claros y gente capaz— que mantiene la rueda girando y generando ingresos incluso mientras dormimos, o mientras vivimos.
Aquí ya no cambiamos tiempo por dinero, sino que dirigimos desde arriba, y a veces.
La libertad empieza a parecer más real, ya es una consecuencia natural.
Paradójicamente, cuanto menos presentes estamos en las tareas… más dueños somos de nuestro tiempo.
Inversionista (I) En esta posición, -que debiera ser la meta para todos-, ya nuestro dinero trabaja por nosotros, y aquí vale la pena profundizar más, porque debemos aprenderlo si de verdad aspiramos a una abundancia auténtica —de esa brutal, que no sólo llena bolsillos, sino también vacía los miedos—, debemos tomarnos en serio el arte de invertir.
Aquí el foco está en tomar buenas decisiones y dejar que nuestro capital haga su trabajo, sin necesidad de estar presentes. Esto es a lo que llaman: "haz que el dinero trabaje para ti". Aquí es donde las decisiones pesan más que las horas, y la paciencia vale más que el sudor.
Invertimos nuestro capital (sea cual sea) en activos —acciones, bolsa, bienes raíces, cryptos, negocios— y estos generan ingresos que crecen todo el tiempo. No importa si duermes, viajas o te tomas un café en la palmera: tus activos siguen produciendo ingresos por su cuenta las 24 horas.
Esto es lo que llamamos ingresos pasivos.
Pero, ojo: ser inversionista no es simplemente “comprar algo y sentarte a rezar”.
Aquí es donde entra la educación financiera, disciplina emocional, temple, cordura, y visión a largo plazo.
Y, ¡OJO!, el inversionista con experiencia, entiende que las oportunidades aparecen disfrazadas de riesgo y que la paciencia, más que la suerte, es su mayor aliada.
El dinero ya no es un premio al trabajo, sino una herramienta que, bien usada, genera más dinero.
Se trata de sembrar en el presente para cosechar en el futuro, sin depender del sudor ni de los horarios.
El inversionista vive en un plano donde las decisiones pesan más que las horas, donde se gana más por pensar bien que por trabajar duro -¡y esto es genial!-
Y aquí está la paradoja: quienes más trabajan físicamente suelen ser quienes menos ganan… porque no han aprendido todavía a invertir.
Es aquí, cuando el dinero trabaja para nosotros y no al revés, cuando dejamos de ser prisioneros del reloj y empezamos, por fin, a vivir en nuestros propios términos, donde entendemos que no se trata de correr más rápido en la rueda… sino de bajarnos de ella y dejar que la rueda gire sola.
Y, qué, nosotros, ¿vamos a seguir poniéndole tiritas al pozo negro con billetes… o vamos, por fin, a aprender a salir de él?
Ya nos lo decía T. Harv Eker:
“Tus ingresos crecerán hasta donde crezca tu mente.”🙏🏻
-Manu Paqué-
Para profundizar en el Tema y saber cómo comenzar a invertir, te dejo en este LINK algunas ideas:
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