top of page

Menos monumentos y más coherencia...

  • Foto del escritor: by Manu Paqué
    by Manu Paqué
  • 4 jun
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 17 jul

Vaya tela con la idea que tenemos sobre trascender: como si acumular aplausos y estatuas sirviera de algo cuando nadie se acuerda de cómo hiciste sentir.


Menos monumentos y más coherencia

¿Y SI TRASCENDER FUERA OTRA COSA?


Ostra, que seguir creyendo que trascender significa salir en los periódicos, inaugurar una calle con tu nombre o acumular más seguidores que principios. Anda, que...

Con los años —y unas hostias de realidad—, si aprendes que la verdadera trascendencia hace poco ruido, no se mide en likes ni en aplausos.

Se parece más a, semillas que vas dejando, a vidas que tocas… y muchas veces ni te enteras.


El inmortalizarse de alguna manera, me huele más a cómo transformaste la vida de alguien, a como diste la mano a tiempo, supiste interpretar una mirada de auxilio, cuando inspiramos a alguien a elegir con honestidad, a actuar con coherencia, incluso cómo enseñaste a alguien a manejar sus finanzas de manera inteligente.

Así, sin tanto teatro, sin megáfono.

Si alguien, algún día piensa: menos mal tío, que me crucé contigo. Eso ya es muchísimo.


Que pasada si tu camino por la vida va dejando algo, alguien que piense distinto, que respire más hondo, o se atreva a dar un paso que no se atrevía a dar. Aunque sólo seas un gramo de conciencia en su camino.


La verdad que muchos nos habremos preguntado más de una vez: ¿estoy dejando algo digno con mi vida?

Con el tiempo comprendes que uno ya lo va dejando sin darse cuenta.


No es dejar monumentos, es dejar semillas. Semillas de honestidad, de empatía, de congruencia...Y sí, también de sensatez financiera, de esa brava y cojonuda, que hace que la gente siga confiando en ti ciegamente, incluso cuando tú ya no estás.

En este mundo con exceso de apariencia y escasez de verdad, trascender es tener el valor de ser uno mismo, sin disfraz ni pose. Es hablar claro cuando todos se callan, y defender la verdad, aunque cueste más que aparentar.

Si al final no te recuerdan por lo que dijiste, pues que te recuerden por cómo hiciste sentir.


Que cuando ya no estés, quede un eco de tu honestidad y tu manera de tratar a los demás con humanidad.


Ostras, que bueno sería que, cuando te vayas, no te echen de menos por el ruido que hiciste, sino por la paz y la claridad que dejaste.

¿Has pensado, qué haces hoy, que no se borrará mañana?


Si, si,...no quiero dejar estatuas, quiero dejar un mogollón de semillas.

Bueno bueno...ahí os lo dejo.



¡Os deseo sintáis siempre la máxima serenidad!.

Un abrazo grande.


- Manu Paqué -


 
 
 

Comentarios


bottom of page