top of page

El éxodo silencioso de los que juraron quedarse...

  • Foto del escritor: by Manu Paqué
    by Manu Paqué
  • 17 jul
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 17 jul

Cuando creciste, no todos cabían
@manupaque

Os ha pasado, y casi puedo asegurarlo

Nadie habla sobre este fenómeno -jod..., e inevitable-, que viven muchas personas en silencio: cuando los conocidos, los amigos y familiares, empiezan a apartarse de ti en el momento que perciben ese ligero olorcito a éxito.

¡Y qué mala leche!, porque casi nunca lo ves venir, porque no se van alejando con una fanfarria ni con pancartas, sino lentamente, como la humedad, callaítos, uno a uno.

Un éxodo silencioso y discreto, casi imperceptible… hasta que un día miras alrededor y te das cuenta que ya vas caminando solo.

Curioso, ¿eh?. Porque encima desaparecen con una dignidad envidiable, como si estuvieran ofendidísimos por algo malo que hiciste.


Cuando no comprendemos qué sucede esto puede doler. Vaya que si duele. Porque uno vive creyendo que el éxito se celebra tirando cohetes entre todos, que la felicidad se reparte como un pastel, pero con el tiempo vas descubriendo que no a todos les hace gracia tu camino. La paz suele incomodar a quienes viven en guerra.

Y es natural ¿eh?. Ojo!. Pasa que el vuelo de unos, les recuerda a otros que aún siguen en tierra.


Pero todavía hay una herida más puñetera a la que somos sometidos, la más profunda de todas y que no cicatriza fácilmente, y es cuando quien se aparta o traiciona es la familia o cercanos muy queridos. Eso no solo duele: descoloca, decepciona y, a muchos los rompe por dentro, porque uno inconscientemente espera del mundo ciertas reacciones, cierta traición, pero nunca de los tuyos.

El sentimiento natural que suele surgir, es: no solo pierdes compañía o cariño, sino también raíces.


Este evento característico y peculiar ha venido sucediendo por los siglos de los siglos, tú sigues avanzando, y esos "queridos" irán desfilando en sentido contrario uno a uno, con excusas, con silencios largos, con miradas que ya no se sostienen. Y sí, -ya sé-, que al principio uno se queda medio cuadrao, pensando ¿habré hecho algo mal?.

Pero no, tío. Ya te lo digo yo. Tú no hiciste nada mal, tu pecao fue CRECER.

(...También cómo te atreves!)


Ya con las canas —y los palos— uno entiende que este éxodo no es una pérdida, sino una limpieza necesaria. No te quedaste solo, te quedaste en paz; y los que quedan, son los correctos… los que saben brindar contigo sin envenenar la copa.

Y, paradójicamente, esta purga resulta ser una bendición disfrazada de catástrofe.


Aunque este lío ya está muy cantao, y este fenómeno es inevitable , hoy puedo decirte con certeza, sin temor a equivocarme, que lo más triste y angustioso que vivirás como emprendedor no serán las facturas, ni los fracasos, ni las pérdidas o las noches sin dormir… sino lograr sobrevivir a esos sentimientos feroces y despiadados que despiertas en muchas personas cuando cumples sueños y alcanzas metas.

Ese bombardeo emocional —esa envidia camuflada, esa hostilidad envuelta en silencio— intentará ser un freno de mano potente que te deje atascado, como ha pasado con tantas personas, convenciéndote de que será mejor quedarte “calentito” en la zona de confort que arriesgarte al éxito y quedarte solo.

Para qué exponerse a dolores innecesario, ¿No?.


Lamento decirte que vivir este proceso es inevitable si queréis ser alguien que quiere llegar a mejor puerto. Forma parte del camino de la trascendencia, de cualquier ruta que merezca la pena recorrer.

Al único que no se le ataca, es al que no hace nada.


Date a la tarea, y observa por un momento el fenómeno "Hater", queda en vergonzosa evidencia, como un niño que llora porque otro sí se atrevió a subirse al columpio.


Y a ver, QUE NO ERES TÚ, que este marrón lo hemos vivido todos: empresarios, artistas, deportistas, los que sanaron, los que se atrevieron a cambiar… todos los que brillaron un poco más de la cuenta.

El éxito —económico, físico, emocional o espiritual— no sólo revela al mundo quién eres tú… también revela quiénes son los demás.

Y eso obviamente..., jod...


Cualquier persona que se anima a romper patrones, molesta a quien aún se aferra a ellos.

Esta movida tiene un nombre, aunque no esté en los libros de psicología popular: disonancia emocional por éxito cercano.


Tranquilo, porque si reflexionamos profundamente, deberías estar feliz, si hoy sientes que el éxito te dejó más solo que antes, no estás solo, significa que estás cambiando de nivel. y en el próximo piso, hay gente como tú, los que celebran contigo sin que nada les pique por dentro.


La buenísima noticia es que, cuando se apagan los aplausos falsos, podrás escuchar con claridad los verdaderos.

Recuerda: quien te ama de verdad, celebrará tu vuelo, aunque ellos sigan en tierra.


No es mi intención amargarte la tarde, pero admito —con pesar— que el mundo, a veces, parece más un campo de batalla que un parque de juegos. Y conviene estar preparados.

Si estás empezando esta aventura del emprendimiento, del liderazgo, de atreverte a ser tú mismo, te aconsejo rodearte de personas y situaciones que nutran tu resistencia y, sobre todo, tu resiliencia. Gente de alta vibración, que no te deje caer. Visionarios, generosos, seguros de sí mismos, altruistas, compasivos, profesionales…

Gente que construye y que alienta.



Y te prometo que, al final, todo este mal trago merecerá la pena.

- Manu Paqué -




Comentarios


bottom of page